Quisiera tener más conocimiento de las últimas sesiones de nuestro Congreso de diputados celebradas días pasados con motivo de la elección de presidente para la formación del próximo gobierno de esta mártir nación llamada, y por muchos, no todos parece, querida España, esta España mía, esta España nuestra pero resistí el primer "combate" en más de un cincuenta por ciento pero no fuí capaz de aguantar el segundo tanto tiempo ya que el ambiente, las maneras, vestimenta incluída, el lenguaje, etc., iban resultando tan vulgares, mendaces y vergonzosos para mi sensibilidad, por otra parte, creo que de lo más normal y sencilla, que, como digo, fuí incapaz de ponerme ante el televisor o radio, ni tuve tan siquiera la tentación de presenciar dichos actos en diferido lo que gracias a los nuevos adelantos es posible tantas veces como se quiera.

Entre lo que mi paciencia como dije, pudo soportar, no me sorprendió la intervención de un representante de Bildu pues visto en nombre de quién se expresa, no pueden sorprender sus canallescas palabras, ni la de una catalana cuyo gran mérito es tener a una hermana en la cárcel (por algo será, no me cabe duda) y que afirmó con acusadora a la par que plañidera voz pero con claridad meridiana, que "le importa un comino el gobierno de este país" (que, por cierto y mientras no se demuestre lo contrario, es el suyo), pero sí me sorprendió y para mal, la intervención de Aitor Esteban, ese caballero, vasco él, de Bilbao, profesor asociado de la Universidad de Deusto, especialista parece ser en Derecho constitucional y, naturalmente, nacionalista a ultranza, que, y es habitual en él, después de admitir y poner de relieve lamentándolo, lo bochornoso de estas últimas sesiones y de afirmar que hemos tenido que oír mucho de lo que no quisiéramos, arremetió con una dureza despectiva y rebosante  de mala intención ¡qué raro! ¿por qué? solamente contra los partidos PP, VOX y CIUDADANOS, citándolos uno a uno ostensible y claramente, como si de ellos fuesen todas las culpas que denunciaba y sin hacer ¡qué raro también! mención alguna a los partidos de terroristas e independentistas, cuyos representantes habían faltado en sus intervenciones, según mis informes, al respeto que merecen las instituciones del estado y sus elementos, así como a toda norma de una serena convivencia. Para éstos, ni un reproche, ni una palabra.

Debía el señor Esteban, tan puro e inmaculado, erigido en defensor de la "legítima" arribada de Pedro Sánchez al aspirantazgo de la presidencia del gobierno de la nación, debía digo, repasar la actuación y posturas del PNV a lo largo de estos años de democracia y no digamos ya, en los desgraciados momentos de nuestra guerra civil. Y no vamos a entrar en detalles sobre los conocidos vaivenes de dicho partido buscando siempre "el sol que más calienta" en cada ocasión. Insisto, solamente, debía repasar la historia reciente con frialdad y sin apasionamientos y acudiendo a fuentes y testimonios solventes e imparciales y recordaría por ejemplo, que en Asturias y más concretamente en Oviedo durante el cerco a que fué sometida la ciudad por el ejército republicano, es recordada con dolor la desgraciada aventura, terminada en tragedia, de un destacamento de jovencísimos gudaris, impecablemente uniformados, enviados por el gobierno vasco, PNV dominante, como ayuda a la toma de la capital, para enfrentarse con su bisoñez y desconocimiento militar a las fuerzas dirigidas por la veteranía y sólidos conocimientos tácticos del jefe de la defensa, coronel Aranda que deshizo, literal y tristemente aquel ingrato intento.

Y como dije no entrar en detalles, solamente aludir al oscuro y vergonzoso episodio por una parte y por otra, del llamado "Pacto de Santoña" tras la rendición del ejército vasco, intentando evacuar a quienes tuviesen precisamente pasaporte vasco y abandonando al resto de combatientes republicanos...

Aquí y ahora se ve que el PNV detesta y denigra a los partidos que son contrarios a la fractura de España en múltiples y variadas independencias convirtiendo nuestra nación en un conjunto de "reinos de taifas" de ingrato recuerdo para quien los padeció y que, afortunadamente para otros, facilitó el final de la Reconquista, permitiendo la consecución, por fin, de la deseada unidad que todavía hoy disfrutamos y que se encuentra, vistos los últimos acontecimientos, en evidente peligro.

Francisco Alonso-Graña del Valle