Los responsables electorales de Serbia y Kosovo coinciden en sus cifras de participación, al declarar solo 1.557 votos depositados en los municipios de Mitrovica Norte, Zvecan, Leposavic y Zubin Potok.

Aunque todavía no se han dado resultados oficiales, los datos preliminares recogidos por Kosova Press apuntan, como cabía esperar, a la victoria de candidatos albanokosovares en tres de ellos: Zubin Potok, Zvekan, donde habría ganado el Partido Democrático de Kosovo y Mitrovica Norte, donde la candidatura de Erden Atiq, miembro del también partido albanokosovar ¡Autodeterminación! se habría alzado con la victoria.

A pesar del boicot, el presidente de la Comisión Electoral Central de Kosovo, Kreshnik Radoniqi, ha aplaudido la tranquilidad con la que se ha desarrollado el proceso electoral, sin incidentes de consideración a pesar de la tensión reinante en el territorio.

Por su parte, desde Belgrado, el director de la oficina del Gobierno serbio para Kosovo, Petar Petkovic, ha confirmado las cifras de participación -- y precisado que solo 13 serbokosovares han votado en estos comicios -- antes de tachar las elecciones como un ejercicio de "antidemocracia" y "una derrota para la comunidad internacional" que ha respaldado las elecciones.

"El verdadero ganador es el pueblo serbio que ha declarado este boicot", ha manifestado en declaraciones recogidas por el portal de noticias Kosovo on Line.

Las elecciones ocurren precisamente por el vacío institucional dejado por los alcaldes serbokosovares que renunciaron a sus cargos para denunciar una campaña de hostigamiento por parte del Gobierno de Kosovo, representativo de la población albanokosovar.

Esta renuncia no fue sino un episodio más de la crisis que estalló en septiembre de 2021 entre Serbia y Kosovo sobre las competencias de la matriculación de los vehículos y que fue agravándose con el paso de las semanas.

El norte de Kosovo se convirtió así en escenario de ataques a patrullas de la misión de la UE, detenciones de ex policías serbokosovares y, en el apogeo de las hostilidades a finales del año pasado, el levantamiento de barricadas por parte de la población serbokosovar.

Esta maniobra llevó a Kosovo a desplegar sus fuerzas en la frontera norte, decisión respondida por Belgrado con una iniciativa prácticamente inaudita: una solicitud a la OTAN para desplegar al Ejército serbio en la zona, que nunca terminó de fructificar.

Posteriores conversaciones entre Belgrado y Pristina para normalizar relaciones, bajo los auspicios de la Unión Europea, han caído de momento en saco roto.