Como ya sabrán, el Servicio de Salud del Principado de Asturias convocó hace unos días  una oposición para enfermería en Gijón. A tal oposición, que tenía que celebrarse un sábado por la mañana, acudieron 6.000 opositores. Ya supondrán el jaleo que se organizó para atender a estos miles de personas.

Pues bien, una de esas personas resultó ser una señora perteneciente a la Iglesia Adventista del Séptimo Día que se libró, no solamente del jaleo mencionado,  sino también de ser examinada ese sábado.

Como también sabrán, hay un acuerdo estatal para atender “las necesidades” de las confesiones religiosas minoritarias. Una de estas “necesidades” de esta iglesia es que, desde la puesta de sol del viernes hasta la puesta también del sábado, esas 24 horas están reservadas para la adorar a Dios. Nosotros deseamos que esa persona no saque la oposición. Las razones son obvias. Además, una pregunta: ¿abandonaría esta individua a un enfermo que requiriese sus servicios por ir a adorar a Dios un sábado? ¿Qué fanatismo es ese? El Dios cristiano no manda eso, sino todo lo contrario. Entonces, ¿de qué Dios hablan? Hay que tener en cuenta que esta secta tacha a la Iglesia Católica de ser una apostasía de la verdadera Iglesia de Cristo ¿Cómo se puede decir semejante barbaridad, si la tal iglesia fue inventada ayer, concretamente en 1840, por Ellen G. de White, a partir del Movimiento Millerista? (Conviene recordar que tal nombre se debe a Guillermo Miller, que era un predicador laico norteamericano nacido en 1782).

El tal Miller llegó a profetizar que la segunda venida de Cristo tendría lugar en el año 1843. Como tal llegada no se produjo, entonces volvió a “profetizar” que la nueva venida sería el 22 de octubre de 1844. Sin comentarios.

La mentada Ellen es considerada como una profetisa por los miembros de esta secta, ya que, según ella, tuvo “visiones”, unas 2.000 según sus devotos,  después del fracaso de la segunda venida de 1844.

Para esta señora, la historia de la Humanidad es el resultado de un conflicto o enfrentamiento entre Cristo y Satanás. Pero lo más curioso es el papel que desempeñarán los EE.UU. cuando venga el fin del mundo. Según esta “profetisa”, dicha nación se arrimará a la Iglesia Católica para perseguir a los adventistas bajo pena de muerte. Pasado este tiempo de miedo y de angustia, es cuando “realmente” tendrá lugar la segunda venida de Cristo, que se llevará a sus partidarios durante ¡¡¡ 1.000 !!!  años para volver a “depositarlos” en una nueva Tierra. En fin sin, comentarios.

Y terminamos con una pregunta: ¿cómo reaccionarían los rojo-progresistas, si la señora opositora perteneciese a la Iglesia Católica?

Luis David Bernaldo de Quirós Arias