Sobre los próximos comicios de mayo, hemos comentado algo en nuestro artículo intitulado “Elecciones”. Vamos a dedicar unas líneas más a este tema electoral.  

 Parece que ya ha empezado, aunque no de forma oficial, la campaña pre-electoral. Ahí  tenemos, por ejemplo, el póster del candidato socialista, Javier Fernández, con el slogan de “Asturias en serio”, (debe de ser que hasta ahora era en burla). Toda esta pre-campaña, como siempre, va a ser costosa, y dará paso a la costosísima campaña electoral, con todos sus fastos, festivales, boatos, ostentaciones y parafernalias, para terminar con el no menos costoso período post-electoral.  

 A la casta política, en la que hay mucho cenutrio, le importa un bledo la descomunal crisis económica por la que atravesamos. Gastarán millones y millones en las citadas campañas y luego se lavarán las manos como Poncios políticos.

  Obviamente, los partidos que son los que montan todo el tinglado, transmitirán a todo el electorado su mejoras, con su “fe democrática”, su “civismo”, sus promesas, etc, etc. Pero en el fondo lo que subyace es el poder y el dinero. Sobre esto mienten y niegan, aunque siempre habrá el “fiel electorado” que está dispuesto a pagar para que le engañen por enésima vez. Es la “contienda cívica”, oiga.

  De lo que se trata es hacer política electoralista, y no verdadera política. El espectáculo es lo que importa. Es como si fuese un carnaval con sus correspondientes disfraces, bailes y gritos. Y para más aturdimiento del “pueblo soberano”, estulto e ignorante, se mezclan conceptos tales como gobierno y estado, política y religión y, si nos apuramos un poco, hasta cuerpo y alma…

 El caso es embarullar y montar un auténtico galimatías para que los conceptos mencionados pierdan su verdadero sentido y exactitud. Para ello cuentan con todos los medios de propaganda, difusión, transmisión y enseñanza.  

 En fin, el resultado de todo esto ya lo sabemos: un país dividido, descoyuntado, roto, resquebrajado, sin cultura, sin moral y, sobre todo, sin políticos.  

 España tendrá un futuro muy negro si seguimos empecinados y obstinados en alimentarnos de cosas necias, de mentiras, de utopías, y de estafas financieras. Y si seguimos haciendo caso a las polvaredas que se levantan, que en el fondo no son nada más que cortinas de humo, el panorama del futuro será desolador.  

 Luis David Bernaldo de Quirós Arias