Piñera ha valorado de forma positiva "que un Presidente en ejercicio pueda conversar con los expresidentes" y se ha mostrado abierto a respaldar el compromiso "Por la democracia, hoy y siempre", propuesto por Boric en favor de la democracia. No obstante, el exmandatario ha matizado que su apoyo va sujeto a condiciones, ha informado el diario chileno 'La Tercera'.

"Si hacemos una declaración que signifique renovar nuestro total y absoluto compromiso con la democracia, con el respeto a la Constitución y las leyes, con respecto al Estado de derecho; también nuestro total y absoluto compromiso con el respeto a los Derechos Humanos, con condenar la violencia (...) y con buscar nuevamente caminos que permitan mejorar la amistad cívica, la sana convivencia, el diálogo y los acuerdos. Esos cuatro compromisos yo los comparto absolutamente", ha dicho Piñera, según declaraciones recogidas por el mismo medio.

En lo que a la violencia respecta, el expresidente ha matizado que esta "tiene muchas caras" y ha citado como ejemplos la violencia política, el crimen organizado, el narcotráfico o el terrorismo.

Por otro lado, Piñera ha lamentado que Chile es "un país que está dividido en el mundo de la política" y ha recalcado que "es muy importante cuidar el fondo y las formas". "Así que espero que, de aquí al 11 de septiembre, todos contribuyamos a unir a los chilenos y no a dividirlos, a mirar más el futuro y menos el pasado. A buscar más de lo que une y no lo que nos separa", ha sentenciado.

La reunión entre Piñera y Boric se ha celebrado con motivo de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado encabezado por Augusto Pinochet, que se cumplen el próximo 11 de septiembre, y en ella se han abordado "temas de contingencia y la agenda" del aniversario, según avanzaron fuentes del Ejecutivo antes de su celebración.

Desde el Gobierno, no descartan que el presidente se reúna con otros exjefes de Estado durante la próxima semana en encuentros de la misma naturaleza.

Este cara a cara llega marcado por una tirantez creciente entre el Gobierno y la oposición que ha crispado el ambiente. La última de estas tensiones se desató con la firma del decreto supremo del Plan Nacional de Búsqueda, una iniciativa presentada este miércoles y cuyo objetivo es esclarecer las circunstancias en las que se hizo desaparecer a las víctimas de la dictadura.