Durante la catequesis, Francisco ha comentado la lectura del Apocalipsis y del Evangelio de las beatitudes, relacionándolas con la destrucción de lo creado, de la cultura del descarte y de la persecución que tantos sufren por ser cristianos.

   "Los hombres son capaces de hacer lo mejor, pero también somos capaces de devastar la tierra, mejor que los ángeles y esto lo estamos haciendo, esto lo hacemos, devastar lo creado, devastar la vida, devastar las culturas, devastar los valores, devastar la esperanza. Y cuánta necesidad tenemos de la fuerza del Señor, para que nos selle con su amor con su fuerza para detener esta loca carrera de destrucción", ha  denunciado el Papa.

   De este modo ha criticado fuertemente al "hombre que se apropia de todo, se cree Dios, se cree el rey" y también "las guerras que sirven no para sembrar grano de vida sino para destruir".

   Por ello, ha explicado que esa es "la industria de la destrucción, es un sistema de vida en el que cuando las cosas no se logran arreglar se descartan, se descartan, se descartan a los niños se descartan a los ancianos, se descartan a los jóvenes, sin trabajo".

"Ha hecho esta cultura del descarte, se descartan los pueblos", ha criticado fuertemente el Papa.

   Además ha preguntado a los miles de fieles reunidos en el cementerio romano ha afirmado que "la actitud en este mundo de devastación, de guerras, de tribulación" es "el camino del Evangelio, de las bienaventuranzas".

   "La bendición que aún tenemos del Señor es la esperanza de que Dios tenga piedad de los destructores de los que sufren", ha expresado Francisco.

   Por otro lado, ha pedido "coraje" para "salir de todo lo que es devastación, todo lo que es exclusión de paz" al tiempo que ha manifestado su deseo de pensar en "santos desconocidos, pecadores como nosotros, en tribulación como mayor parte del mundo".

   El Papa ha lamentado la destrucción por el hombre de todo lo Creado por Dios. "Cuando estando en la sacristía miraba las fotos de hace tantos años atrás, he pensado, esto que ha sido tan grave y doloroso, esto es nada en comparación de lo que hoy sucede", ha comentado.

   Durante esta celebración, en la que estaban presentes miles de fieles, se han estado expuestas para venerarlas las reliquias de los dos Papas canonizados recientemente: Juan XXIII y Juan Pablo II. Además, se han dirigido oraciones especiales por los cristianos perseguidos por causa de la fe y una vez más por los pobres, los que sufren y los que no tienen esperanza. Al final de la liturgia, el Papa ha pronunciado una oración de bendición de las tumbas.