Domingo, 19 de mayo de 2024

¡No les abandonemos!

¡No nos abandonéis!

La semana pasada coincidí en una reunión de trabajo con una compañera guipuzcoana. Me habló de la situación actual en esa provincia desde que los orcos se hicieron con el poder. Me contó cómo ella y su familia se han visto arrinconadas por no ser borrokas ni batuahablantes. Me contó que los filo nazis, que controlan ahora todos los resortes institucionales de Guipúzcoa, amenazan, entre otras muchas cosas, con eliminar el modelo educativo A, aquél en el que el español es el idioma vehicular. Hasta ahora, dicho modelo sólo era posible cursarlo en centros privados –con el consiguiente re-pago y sacrificio económico de los padres- pues ha sido erradicado de la educación pública y concertada. No contentos los orcos con ello, ahora se proponen eliminar directamente el modelo A, de modo que sea posible cursarlo ni tan siquiera en los colegios privados. Estos kafres se han propuesto erradicar de la provincia la lengua propia mayoritaria de los vascos, el español,  y forzar al exilio a todos los que no piensen y hablen como ellos.

  Me cuenta que sus hijas no pueden ir a los parques públicos y jugar con otros niños más que en el patio del colegio privado al que acuden. Que los niños excluyen a sus hijas por no hablar en batua y que los padres de los cachorros lobotomizados las miran entre amenazadora y despreciativamente.  

 Esta compañera mía, para lograr que sus hijas sean educadas en libertad, se está planteando mandarlas a estudiar a la vecina Navarra, donde aun es posible escolarizar a los niños en español y los orcos aun no son mayoría.

  Esta madre guipuzcoana de dos niñas observa con tremenda preocupación la celebración en el día de hoy de elecciones regionales en las provincias vascas, pues cada día aparece más cierta la victoria arrolladora de los orcos, lo que la obligará a optar entre la clandestinidad social o la diáspora.

  Pero lo que más preocupa de todo, es esa corriente de opinión, cada vez más arraigada en amplios sectores de toda España, de hastiados y cansados de las continuas exigencias y chantajes del secesionismo vasco y catalán, que ven con buenos ojos la secesión de las dos regiones españolas y soltar así lastre. Y es que es cierto que cada vez hay más voces que piden la solución fácil y entreguista del simplista “que les den”. Gente harta de tener que soportar la chulería y los lloriqueos infantiles de las élites secesionistas y que piensan que la manera de librarse de ellos es concederles la independencia y que nos dejen de una vez en paz.

  Y uno puede tener la tentación de claudicar, de dejarse ganar sin luchar, de renunciar a plantar cara a los orcos. Me cuenta mi compañera guipuzcoana que ella entiende esa reacción, que comprende que estemos cansados de estos descerebrados, pero me dice desesperada y entonces ¿qué será de nosotros? ¡No nos podéis abandonar!  

 Testimonios así han de hacernos redoblar nuestra determinación por derrotar al nacionalismo. No podemos abandonar a decenas de miles de compatriotas en manos de los orcos. Ceder, rendirse, no es el camino.  

Rendirse nunca es la solución. Desgajadas las Vascongadas y Cataluña ¿Cuánto creen que tardarían en reclamar las provincias de Logroño e importantes porciones de Burgos y Santander para la Gran Euskalerría y en desestabilizar a lo que quede de España? ¿Cuánto tardarían los nacionalistas catalanes en reclamar Valencia, Baleares, Murcia y la Franja oscense? El nacionalismo secesionista es nuestro enemigo y no ha lugar a componendas con quienes quieren acabar con nosotros. El único camino es su derrota moral, cultural e intelectual y ahí, amigos míos, todos, absolutamente todos, tenemos un papel que jugar, por modesto que sea ¡No les abandonemos!


Comentarios

Por Herni Valvarezksy 2012-10-22 20:10:00

Estimado Alfonso Scruton, como exiliado económico y social de España, desde la distancia, le puedo decir que probablemente no haya remedio. Se les permitió hacer ingeniería social a los políticos y ahora recogen los frutos de su experimento. No se puede apelar a artículos de la Constitución; la corriente en contra es demasiado fuerte para dique tan ridículo. Por otro lado, su amiga guipuzcoana no puede pedir auxilio al resto de españoles. Dentro de Cataluña y País Vasco la población no nacionalista no se mueve (quizá no les importe tanto, quizá no estén seguros, quizá estén demasiado preocupados por la mera supervivencia)... Que su amiga vaya buscando casa en Burgos o en Sevilla porque es verdad que aquellos lares se convertirán en la Tierra Media, plagada de orcos. Una tristeza, sí. No quiero parecer frívolo. Yo me tuve que largar a trecemil kilómetros. De acuerdo con usted en la disposición psicológica o anímica, y en su enfoque (lucha de ideas, cultura, imaginación para hacer de contracorriente al nacionalismo), tales instrumentos deberían haberse puesto en práctica hace dos décadas. Lo único que cabe es irse acostumbrando a un país un poco más pequeño y tratar de dejar exangües de industrias y privilegios a aquellas regiones que han decidido escindirse. Todo cuanto el franquismo les dio para tenerlos contentos, la democracia ha de quitárselo, puesto que ella les ha permitido (a través de unos cuantos) llevar a cabo su sueño distópico. Ahora bien, Sr. Scruton, también cabe la posibilidad de que desde dentro de esos nuevos países surja una corriente agregacionista (cuando se compruebe el fracaso) y en unos años regresen a su ámbito natural por mor de una nueva ingeniería social inversa (entendiendo por "natural" lo "históricamente natural"). Saludos desde Nueva España


Por Alfonso II 2012-10-22 17:01:00

Pasaba por aquí tiene toda la razón.Desgraciadamente ya solo que queda una dialéctica..............


Por NCH 2012-10-22 10:53:00

Todos los días voy por mi ciudad, la ciudad donde han nacido mis hijos, donde tengo mi casa, donde trabajo y pago impuestos, la que contribuyo a hacer grande y me encuentro banderas totalitarias, esas que te dicen que no eres como ?nosotros?, que no hablas el idioma ?nuestro?, que no tienes ?nuestras? costumbres, que no vistes o comes o cantas como ?nosotros? y que queremos hacerte de ti y tu familia un extranjero en tu propia casa. No es una ciudad de la Rusia de los años 20 ni la Alemania en los años 30 ni el Pekín de los 50 ni la Camboya de los 70 ni la Yugoslavia de los 80, pero esas banderas estrelladas mandan exactamente el mismo mensaje que aquellas otras banderas: vosotros no sois como nosotros y sobráis aquí; aquí sólo debemos vivir los que somos como ?nosotros?. Como bien dices, ¿es ése un problema de ?ellos? o es un problema de la libertad de todos?


Por Pasaba por aquí 2012-10-22 02:34:00

Soberbia crónica, aunque matizaría algunos detalles. El más importante es que esto no tiene vuelta de hoja por la vía moral, cultural o intelectual, como propone el autor. Ante fanáticos no cabe la razón de los discursos. La Constitución hace tiempo que se ignora con el consentimiento de los gobiernos de Madrid. La única vía es la "ultima ratio". No hay otra. ¿Es tan difícil de ver? ¿Acaso estamos tan ciegos que somos incapaces de aceptar que la hora de la verdad cada vez está más cerca? Por cierto, me pregunto qué opinará Don Felipe?, ¿las Vascongadas son o no son un problema?


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