Según se desprende del contenido de dos autos hechos públicos esta noche y a través de los cuales envía a prisión a 13 de los 14 detenidos en la última operación de SEGI por un delito de integración en organización terrorista, los últimos arrestados constituían el segundo escalón de dirección de la banda y asumieron el mando después de que sus jefes fueran detenidos hace unos meses.

   Grande-Marlaska desvela en sus escritos la intención de SEGI de poner en marcha un proyecto --Gazteherria-- destinado a aglutinar a todos los jóvenes independentistas bajo su dirección. Así se refiere a la presentación de la campaña de verano 2010 de la organización en la que se llamaba a aglutinar "a la juventud vasca" y mostrarle "que la independencia es la única opción que tiene este pueblo".   

El magistrado advierte que la intención de SEGI es "instrumentalizar asociaciones pantalla", como pueden ser las denominadas Gazte Asambladas. El juez describe, además, el contenido de varios documentos incautados en los registros efectuados tras las detenciones y destaca que éstos reflejan la intención de SEGI de no invadir las acciones "que en materia de coacción corresponden a ETA".

   Así pues, los miembros de la organización deciden decantarse por "las deflagraciones" o incendios y aparcar la colocación de artefactos artesanales o explosivos, describe el juez, que añade que la documentación también define los objetivos preferentes: "diferentes elementos que tengan en Euskal Herria olor a los Estados (Francia y España)"  

  El magistrado refiere en su auto que SEGI había planificado una nueva estrategia recogida en el documento Planitza Politikoa 2009-2010 en el que se fija como objetivo "finalizar las reflexiones sobre el futuro" y reforzar los vínculos internacionales de la organización. Además el documento desvela la puesta en marcha de distintos organismos, entre ellos la denominada Escuela joven de verano.

"NO DIGAS ESO POR TELÉFONO"

   El auto refleja una conversación telefónica mantenida por uno de los detenidos, Rubén Villa, con una joven en el transcurso de la cual el arrestado corea "gora ETA militarra". La interlocutora recrimina su actitud y le advierte: "Villa, no digas eso por teléfono, por Dios".  

  Entre el material incautado a los detenidos, Grande-Marlaska destaca la existencia de efectos que podrían ser utilizados en sabotajes de distinta intensidad como garrafas de gasolina, disolvente o caretas. Se localizaron también carteles o pegatinas de SEGI y cantidades de dinero que podrían corresponder a "la contabilidad interna de SEGI".