La ignorancia de nuestros políticos sobre el funcionamiento real de la economía y las finanzas, sólo es comparable con la de nuestros sindicalistas y nuestros “expertos”, esos que desde su torre de marfil pontifican sobre lo humano y “divino” y sólo se enteraron de la crisis cuando el gobierno del señor Zapatero les rebajó su soldada.      

    Hoy, la “Casa Rosada”, y utilizamos la expresión en el sentido  simbólico que le daba Hugo Wast, ha expropiado YPF, bueno, aquí en España, hace años se expropió preventivamente Rumasa, por lo que los discípulos imitan a los maestros, vamos que ni los alumnos ni los profesores conocen eso tan viejo de la seguridad jurídica, y mucho menos lo que es un Estado de Derecho, más bien la república bananera como buena “novicia” imita a su “reverenda” monarquía  ( en este caso platanera ).      

    Ya ven, de el estado de derecho, al estado de deshecho, los muertos siempre salen de los armarios, y por lo visto los elefantes también, el último no sabemos si era blanco, pero lo que si consta es que era elefante. Está claro, los elefantes tienen un precio y Rumasa e YPF también,  aunque sea un juego de “Campamento”.      

    Todo tiene precio o ascensos, como los elefantes que salen del armario, está claro, el establishment sale del armario, como los elefantes, menudo fondo de armario tenemos, con mandiles y todo, eso sí, el elefante blanco tenía mandil, francés por supuesto,  los buenos mandiles europeos tienen que ser franceses,  el rosa es para otros aires, eran buenos, pero muy contaminados, ya lo decía Hugo Wast.     

     Ya tienen que haber florecido los almendros, pero como llueve a cantaros no se nota, o puede ser que los almendros estén expropiados, ya saben, cuestión de medallitas, o que con los injertos sean olivos, no de Jaén, sino hipotecados por el banco central europeo, cosa de los inversores, mejor los prestamistas.     

     Tengamos en cuenta, que así como la moneda ya no tiene valor por si misma, sólo es un mera anotación contable y  virtual, pues la pérdida de su valor intrínseco es en proporción a la masa monetaria en circulación, y ya sabe, de corralito argentino y rosa a fondo de armario español, aquí los implantamos más finamente, para comprar y vender tiene que autorizarlo un banco y encima cobrando comisión.     

     Y, no se preocupen de tonterías,  el gran precio que pagamos, que pagó España, fue por el elefante blanco. Al final, como a la amnistía fiscal, se le llama regularización, siempre podemos hacer otro juego de campamento, que como el antiguo lema de la Academia de la Lengua, limpie, fije y dé esplendor, hasta que aparezca otro elefante, rosa por supuesto.