A pesar del resultado, el Real Madrid tuvo más problemas de los que a priori se esperaba ante un Athletic que lejos de encerrarse, quiso jugar de tú a tú a su rival. El cuadro vasco realizó una gran primera parte, pero vio como la pegada madridista y su falta de acierto le abocaba a una nueva derrota en el Bernabéu, donde los rojiblancos sólo han ganado una vez en los últimos diez años.  

  En la primera mitad, sin que al Madrid le diera tiempo de asentarse en el terreno de juego, fue el Athletic el que por medio de Llorente enseñaba sus garras. El riojano se marchó bien de Kedhira y Carvalho y en el mano a mano con Casillas, superaba al meta madridista pero Pepe desviaba la pelota en línea de gol a los dos minutos de encuentro.  

  A partir de ahí, el Real Madrid tomó el mando del encuentro, aunque los de Mourinho carecieron de su verticalidad habitual en esos primeros compases ante un Athletic bien plantado en defensa. Sin embargo, la resistencia bilbaína se quebraría a los 20 minutos cuando Higuaín, recibía un pase de Özil, se revolvía en el área y batía por bajo a Gorka en el mano a mano.  

  El tanto blanco, lejos de amedrentar a los de Caparrós, no hizo sino espolearlos en la búsqueda del empate. Llorente a la media vuelta desde la frontal y Susaeta con una volea dentro del área a punto estuvieron de conseguir el empate pero en ambas ocasiones se encontraron con un gran Casillas, que evito ambos goles cuando ya se cantaban.

   El Real Madrid castigó la falta de acierto de los bilbaínos acto seguido. En un contraataque blanco tras la jugada de Susaeta, Cristiano Ronaldo para plantarse frente a Iraizoz y fusilarle por bajo. El cuadro merengue pudo sentenciar el partido pocos instantes después cuando Cristiano driblaba a Gorka, pero con todo a favor se iba al suelo sin que el colegiado apreciara nada punible.   

El Athletic, por su parte, no perdió la cara al partido y continúo proponiendo un fútbol ofensivo que le daría sus frutos cuando a cinco minutos del descanso Iraola recogía un mal despeje de Casillas en el área pequeña, desviaba el balón y Llorente remachaba en boca de gol para acortar distancias, hacer justicia por lo exhibido por su equipo y sembrar las dudas en las filas merengues antes de enfilar los vestuarios.

SENTENCIA CRISTIANO.

   Tras la reanudación, el Athletic dio continuidad a su actitud ofensiva del primer acto, pero a los diez minutos de la segunda mitad, un dudoso penalti de Susaeta sobre Di María provocaba que Ramos, dejara el partido casi sentenciado transformando la pena máxima. Cuatro minutos después CR 7 acaba definitivamente con las ilusiones visitantes con lanzamiento lejano de falta que incomprensiblemente, Iraizoz no acertó a despejar.

   Estos dos mazazos consecutivos, fueron una losa muy pesada para los visitantes, que desaparecieron del encuentro y no volvieron a inquietar la puerta de Casillas. El Real Madrid por su parte, consciente de que había resuelto el encuentro, se dedicó a bajar la intensidad de su juego, reservar esfuerzos de cara al clásico y gestionar con comodidad su ventaja.

   Aún así, todavía hubo tiempo para un quinto tanto, obra de Cristiano desde el punto de penalti. El luso transformó la pena máxima cometida sobre Granero y cerró un partido en el que se demostró que los blancos tiran de contundencia para seguir en lo más alto. El clásico ya espera en el horizonte.