Viernes, 26 de abril de 2024

HICIMOS CUMBRE…

Cómo se pueden definir sino las declaraciones, expresiones, etc. que,  ¡oh, sorpresa!, traspasan los límites tácitamente admitidos como dogmas, con que nos han obsequiado algunos políticos en recientes intervenciones y que están en la mente de la mayoría de los ciudadanos. Es más, en alguno de estos casos se exhibe un asqueroso grado de obscena inmoralidad…, y esto hay que decirlo alto y claro porque sino, estaremos condenados a la más absoluta degradación personal y colectiva.


Expertos  pensadores, han estudiado en profundidad el devenir sociológico de comportamientos humanos en el marco de la vida civil que, como es sabido, se conduce en parte desde los estamentos políticos del poder: legislativo (con sus elementos básicos de coerción y, si hubiere necesidad , de coactividad) también, si fuese  necesario en algunos regímenes, por la fuerza, sin más. Aunque es menester señalar aquí, cuan eficaz resulta el poder que ejerce sobre la sociedad civil, el llamado bandwagon effect.


Plumas más autorizadas que la mía, han descrito en las páginas de DD, los fenómenos sociológicos impulsados  y  organizados hasta su generación <<casi>> global por fuerzas ya no tan ocultas, de perfil sectario pero claramente orientadas a la consecución de ciertos intereses particularmente espurios, aunque el ropaje con el que se dejan ver por la multitud sea, según los casos, prêt à porter o de  passerella. Los objetivos son siempre los mismos: control y conducción de las masas con una finalidad fundamentalmente pragmática diseñada en beneficio -¿beneficio?- de unos pocos: las élites de…,

mejor dicho, la  élite, pues el poder es identitario aunque se dispute, ya que cuando la disputa tiene lugar entre iguales, lo más probable es que termine en acuerdos  a partir de dividir y compartir zonas de poder.


Francamente, no merece la pena, por la inutilidad del esfuerzo, en continuar a lo Alonso Quijano el Bueno, pues estos molinos de viento destruyen y hacen de las ideas migas que ni para alimentar a los passer domesticus  sirven.  Solamente son útiles  al engaño como herramienta de captación.


Y, aquí estamos, en la ceremonia de la confusión y el totum revolutum, mejor, el todo vale que hace que las letras centenarias del tango cambalache de Enrique Santos Discepolo, sean más actuales hoy, que en el momento en que vieron la luz…. Cambalache en la política y los pactos, cambalache en el concurso de las ideas, cambalache, en fin, en la arquitectura interior de las personas, pues la exterior, no pasa de un diseño con pinturas de brocha gorda que manchan las paredes de ese edificio que día a día debiera construir la humanidad, como legado histórico de un armonioso y no muy desafinado paso histórico y vital.


                                               Juan J. Rubio


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