El relevo se ha formalizado, primero, en el Palacio Real con la firma del Acta de Abdicación que ha puesto fin a 33 años de reinado de Beatriz, quien vuelve a ser princesa de los Países Bajos, y, más tarde, con una ceremonia laica de entronización en la Iglesia Nueva de Ámsterdam.

   En el primer acto, de apenas 15 minutos, madre e hijo han firmado el Acta con el que Beatriz ha renunciado al trono en favor de su primogénito, ante la mirada de los miembros del Gobierno holandés y de los presidentes de las dos cámaras del Parlamento nacional.

   El documento ha sido rubricado además por la esposa de Guillermo-Alejandro, la argentina Máxima Zorreguieta, ya convertida en reina consorte europea. La nueva reina Máxima cuenta con una gran popularidad entre los holandeses, pese a sus inicios difíciles por ser hija de un alto funcionario de la dictadura militar en Argentina.

   Más tarde, la comitiva se ha trasladado a la Iglesia Nueva de Ámsterdam, escenario de la ceremonia laica de investidura en la que el rey ha jurado su cargo ante las autoridades del país. También han sido testigos de la entronización las monarquías de todo el mudo, representadas mayoritariamente en el caso de las europeas por sus herederos, incluidos los Príncipes de Asturias.  

  Los 225 diputados y senadores de los Estados Generales -las dos cámaras del Parlamento holandés- han prometido o jurado lealtad al rey, a excepción de 16 que han rehusado hacerlo. La ceremonia en la Iglesia Nueva ha servido también para confirmar formalmente que la mayor de las tres hijas de Guillermo y Máxima, Catalina Amelia, es la nueva princesa heredera al trono.

   En un discurso que ha emocionado a la princesa Beatriz, el rey Guillermo ha destacado los lazos que durante dos siglos han unido a la monarquía y a la democracia en Países Bajos, pero también ha elogiado el trabajo y compromiso de su madre durante los 33 años de reinado. Y ha advertido de que la ausencia de "responsabilidad política" ligada a su título, no impide que asuma otras responsabilidades. "Si no, este juramento no tendría sentido", ha afirmado.   

 El que será el último "Día de la Reina" -desde el año que viene el "Día del Rey" coincidirá con el cumpleaños de Guillermo, el 27 de abril- ha sido seguido por una multitud a través de las pantallas gigantes que han retransmitido en directo todos los actos oficiales de la jornada.  

  En la plaza de Dam que une el Palacio Real y la Iglesia Nueva se han dado cita miles de personas que han recibido entre aplausos a la princesa Beatriz y a los nuevos reyes, cuando todos han salido al balcón de palacio tras el primer acto de la firma de la abdicación.

   "Feliz de presentaros a vuestro nuevo rey, el rey Guillermo Alejandro", han sido las únicas palabras que Beatriz, convertida en princesa de los Países Bajos, ha dirigido a súbditos y curiosos congregados bajo el balcón, antes de besar a su hijo y cederle la palabra.

   Guillermo Alejandro ha dado las gracias "de todo corazón" por el apoyo recibido por el pueblo holandés y ha agradecido "intensamente" los 33 años de reinado de su madre, que, con gesto emocionado ha dejado el balcón para dar paso a las tres hijas de los nuevos monarcas, Catalina Amelia, Alexia y Ariane.

   La decisión de ceder el trono en su hijo fue anunciada por la reina Beatriz el pasado mes de enero en un discurso retransmitido por la televisión con motivo de su 75 cumpleaños. La monarca explicó que no renunciaba a su cargo por cansancio, sino porque consideraba que había llegado "el momento" de dar paso "a una nueva generación".  

  La investidura del nuevo rey supone la vuelta de un varón al trono de Países Bajos desde la muerte de Guillermo III en 1890, ya que antes de Beatriz reinaron Guillermina durante casi 58 años y Juliana durante casi 32. Las leyes holandesas dotan a la Casa Real de una posición más ceremonial que política.

Desde 1848, la Constitución establece el carácter "inviolable" del monarca, a quien le corresponde ser neutral en cuestiones políticas