Benedicto XVI ha recibido a un grupo de prelados de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos al final de su visita "ad limina". A su entender, la actual situación de los matrimonios conlleva "un inmenso costo humano y económico".

    "La defensa de la institución como una realidad social es, en última instancia, una cuestión de justicia, ya que implica salvaguardar el bien de toda la comunidad humana y los derechos de los padres y niños por igual", ha señalado.   

 El Santo Padre ha destacado la disminución en el número de jóvenes que se acercan a este sacramento, avisando de las "deficiencias" en las catequesis de las últimas décadas.

"Ciertamente, debemos reconocer que en algunas ocasiones no han logrado comunicar el rico patrimonio de la doctrina católica sobre el matrimonio como institución natural", ha explicado.    Por ello, ha pedido que los programas de preparación para el matrimonio sean "revisados cuidadosamente para asegurar más énfasis" en su componente catequética y en la presentación de las responsabilidades sociales y eclesiales que conlleva el matrimonio cristiano.  

  En esta misma línea, ha aludido también al "grave problema pastoral" que presenta la práctica generalizada de la convivencia, a menudo por parejas que "parecen no darse cuenta de que es un pecado grave, por no hablar de sus perjuicios para la estabilidad de la sociedad".  

  "Aliento vuestros esfuerzos para establecer normas claras, pastorales y litúrgicas, para la celebración digna del matrimonio, que encarnen un testimonio inequívoco de las exigencias objetivas de la moral cristiana, demostrando al mismo tiempo sensibilidad y preocupación por las parejas jóvenes", ha explicado a los prelados.  

  De esta manera, ha reiterado la importancia de que toda la comunidad cristiana "recupere el aprecio de la virtud" de la castidad. "La riqueza de esta visión es más sólida y atractiva que la de las ideologías permisivas exaltadas en algunos sectores que, de hecho, constituye una forma poderosa y destructiva de anti-catequesis para los jóvenes", ha defendido.

   Benedicto XVI ha señalado que, en una sociedad que "cada vez más tiende a malinterpretar e incluso ridiculizar" esta dimensión esencial de la doctrina cristiana, los jóvenes "necesitan estar seguros de que si dejamos entrar a Cristo en nuestras vidas no perdemos nada".  

  Según el Papa, todos estos esfuerzos en este sector apuntan, en última instancia, "al bien" de los niños, que tienen "un derecho fundamental a crecer con una sana comprensión de la sexualidad y de su lugar apropiado en las relaciones humanas".