Lunes, 16 de junio de 2025
Su filial ISCA ha intensificado sus acciones en Cabo Delgado desde finales de marzo, tomando brevemente varias localidades
El norte de Mozambique, nuevo teatro de operaciones de Estado Islámico
El grupo terrorista opera en Mozambique bajo las siglas de Estado Islámico en África Central (ISCA), una filial que también ha reivindicado ataques en el este de República Democrática del Congo (RDC). En realidad, ha tomado el testigo a una insurgencia islamista que arrancó en octubre de 2017 y que, según la ONU, ha dejado más de 300 incidentes violentos desde entonces, 71 de ellos solo entre enero y marzo de este año.
Precisamente, ha sido a partir de ese mes cuando la actividad del grupo se ha recrudecido. El 23 de marzo llegó el primer golpe impactante, la toma de Mocimboa da Praía, una gesta en la que participaron incluso milicianos llegados por mar y durante la que los asaltantes izaron la bandera negra del grupo. Después vendrían Muidumbe y Quissanga, otras dos localidades relevantes.
Según la ONU, entre marzo y mayo ha habido unos 50.000 desplazados en torno a Mocimboa da Praia y Quissanga. Solo el ataque contra la primera localidad --donde precisamente tuvo lugar la primera acción yihadistas en octubre de 2017-- dejó unos 24.000 desplazados, mientras que el último ocurrido la semana pasada en Macomia se saldó con otros 13.800 desplazados que han llegado hasta Pemba, la capital provincial. En total, hay unos 211.000 desplazados por la violencia.
Entre 90 y 120 milicianos vestidos con uniformes de las fuerzas de seguridad mozambiqueñas atacaron Macomia desde tres direcciones a primera hora del 28 de mayo, haciéndose con el control de la localidad tras un breve choque con las fuerzas apostadas en la misma, según la reconstrucción de los hechos realizada por el proyecto ACLED, que hace seguimiento a la violencia y los conflictos en el mundo.
Durante su estancia en Macomia, además de izar nuevamente su bandera, destruyeron numerosas viviendas así como dependencias gubernamentales, establecimientos de telefonía e incluso una mezquita. Mientras esto ocurría, las fuerzas gubernamentales se reagruparon, recibieron refuerzos de otras localidades cercanas e incluso el apoyo de contratistas de la firma sudafricana Dyck Advisory Group (DAG), que emplearon helicópteros armados.
Esta intervención permitió desalojar a los milicianos el 31 de mayo, con un saldo de 78 combatientes muertos, entre ellos dos de los presuntos cabecillas del grupo de nacionalidad tanzana, según la versión ofrecida por el Gobierno mozambiqueño, que sin embargo no ha informado de víctimas civiles.
Sin embargo, según la información recabada por ACLED, al regresar a Macomia los residentes que habían huido se encontraron con 17 cadáveres, mientras que durante las acciones armadas seis niños resultaron heridos por los disparos realizados por los helicópteros de la contratista sudafricana. Además, el medio local 'Carta de Mozambique' ha informado esta semana de que también habría aún varios desaparecidos.
Pero, ¿cómo se ha llegado a esta situación? Los expertos que vienen haciendo seguimiento de la situación en Cabo Delgado en los últimos años coinciden en señalar la pobreza en esta región, que paradójicamente alberga importantes yacimientos de gas natural --Exxon Mobil y Total prevén proyectos valorado en unos 60.000 millones de dólares--, y el abandono del Estado como dos de las principales causas.
No obstante, la aparición de insurgencia islamista armada parece ser el resultado de la llegada a la región, mayoritariamente musulmana en un país de población predominantemente cristiano, de una vertiente del islam más radical a la opción sufí que practicaba la población.
Los responsables fueron seguidores del jeque Aboud Rogo Mohammed, un clérigo radical keniano ya fallecido objeto de sanciones por parte de la ONU por su apoyo al grupo terrorista somalí Al Shabaab, quienes fundaron la secta Ahlu Sunnah Wa-Jamo (ASWJ). Rogo promovía la creación de un estado islámico en África Oriental, un mensaje que siguieron difundiendo sus discípulos.
El grupo se hizo con el control de tres mezquitas en Mocimboa de Praia, desde donde propagó su mensaje, si bien fueron clausuradas por las autoridades, e inicialmente estaba compuesto principalmente por jóvenes de esta ciudad y sus alrededores. Con el paso del tiempo, sus ideas mucho más conservadoras fueron propagándose hasta que, en octubre de 2017 se produjo el primer ataque.
Dado lo difuso de la organización, sin líderes claros y conocidos, la población local comenzó a llamarles Al Shabaab (los jóvenes), si bien la organización no tiene ningún vínculo con el grupo terrorista del mismo nombre que actúa en Somalia y está ligado a Al Qaeda. Y siguieron actuando, cobrando cada vez más relevancia, hasta que en abril de 2019 Estado Islámico creó ISCA y en junio reivindicó el primer ataque en su nombre en Cabo Delgado.
Sin embargo, sigue sin estar del todo claro el control que Estado Islámico central ejerce en Mozambique, si bien los expertos resaltan que estos parecen haber adoptado el modus operandi que tan famoso hizo al grupo terrorista en Siria e Irak, con decapitaciones incluidas y la breve toma de algunas localidades.
El modo en que ha evolucionado el grupo terrorista en el país y la respuesta que hasta ahora ha ofrecido el Gobierno mozambiqueño ha hecho que muchos expertos, e incluso un alto cargo diplomático estadounidense, lo hayan comparado con Boko Haram.
Fundado por Mohamed Yusuf, su muerte a manos de la Policía llevó al frente del grupo a Abubakar Shekau, que optó por la lucha armada a las que las fuerzas nigerianas respondieron a sangre y fuego, cometiendo numerosos abusos que sirvieron de caldo de cultivo perfecto para que el grupo reclutara a nuevos combatientes.
Hasta el momento, la respuesta del Gobierno ha sido muy criticada, con abusos y detenciones arbitrarias por parte de las fuerzas de seguridad denunciados por grupos de defensa de los Derechos Humanos. Además, el Ejecutivo de Filipe Nyusi ha recurrido, sin éxito, primero a mercenarios rusos de Wagner Group --empresa propiedad de un miembro cercano del entorno de Vladimir Putin-- y ahora a mercenarios sudafricanos, si bien en las últimas semanas se ha venido especulando con una intervención por parte de fuerzas sudafricanas.
El riesgo ahora, como subraya Jacob Zenn en un artículo para Center for Global Policy (CGP), es que al igual que hizo en su momento Boko Haram --y desde 2016 su escisión Estado Islámico en África Occidental (ISWA)-- que extendió sus acciones a los vecinos Camerún, Níger y Chad, ISCA también se propague a otros países. Según este experto en yihadismo, ya estaría presente en cerca de Uganda, en el caso de la sección congoleña, y de Tanzania, en el caso mozambiqueño.
"Es probable que algún día les ataquen. Si la expansión en África Oriental aumenta, Al Shabaab podría reaccionar y ampliar o activar sus propias redes leales a Al Qaeda en la región", alerta, lo cual complicaría aún más la escena para el Gobierno mozambiqueño.
Por ello, como apunta en un reciente artículo The Soufan Group, "dada la experiencia de una insurgencia similar en Nigeria, una estrategia de contrainsurgencia requerirá una combinación de esfuerzos, que no pueden ser solo militares sino que deben atender también las crecientes necesidades humanitarias y "atender el contexto local", para lo cual hará falta "apoyo internacional".
Columnistas
Vance es un peso pesado intelectual, un político-filósofo. Entre sus influencias están la doctrina social de la Iglesia, el pensamiento de René Girard y las ideas de teóricos postliberales como Sohrab Ahmari o Patrick Deneen Publicado en el Debate
Por Francisco J Contreras Leer columna
La subida global de temperaturas y la conveniencia de ir sustituyendo las fuentes de energía tradicionales (gas, petróleo y carbón) por otras más sostenibles es un tema de permanente actualidad tanto en los medios de comunicación como en la política. Frente a la versión aplastantemente mayoritaria del problema y sus soluciones, el ciudadano atento y bien informando acaba descubriendo algunos problemas a los que no se les presta demasiada atención. En este artículo se presentarán algunos de ellos
Por Francisco Javier Garcia AlonsoLeer columna
La propuesta que más influyó para atraer el voto de muchos europeos hacia las nuevas derechas es el rechazo a las políticas que facilitan la inmigración incontrolada, pues están convencidos de que aumenta la delincuencia y favorece la islamización de Europa
Por Angel Jiménez LacaveLeer columna
La alternativa a la "justicia social" no es un escenario de pobres muriéndose en las aceras por falta de recursos para pagarse un hospital. La alternativa sería una sociedad en la que, con una presión fiscal que fuese muy inferior a la actual, la gran mayoría de la gente se las arreglase muy bien por sí misma, sin depender de papá Estado. Publicado en el centro Covarrubias
Por Francisco J Contreras Leer columna
Este hombre de 82 años ha hecho más daño al sanchismo en dos meses que Feijóo y sus diputados en esta legislatura
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
En su libro “Agenda 2033, nueva y eterna”, Eduardo Granados presenta una propuesta para que pongamos nuestra mirada en 2033, fecha en la que se cumplen dos mil años de la Redención. En 2033 confluyen las celebraciones del bimilenario de la institución de la Eucaristía, de la muerte y resurrección de Cristo y del nacimiento de la Iglesia. En esta entrevista el autor nos da las claves de esta original propuesta.
Por Teodoreto de Samos Leer columna
Detrás de tanta normativa milimétrica se agazapa una desconfianza descomunal en la gestión privada, que actúa como un implícito reproche moral. Publicado en El Debate
Por Enrique García MáiquezLeer columna
Occidente no perdió el rumbo en 1776, sino en 1917 y 1968.
Por Francisco J Contreras Leer columna
Sólo el advenimiento de los Reyes Católicos, y el resultado de su prodigiosa obra, pudo superar, andando el tiempo, esa primacía en la memoria de los castellanos. Pero para ello hubieron de pasar casi doscientos cincuenta años Publicado en El Debate
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
Cabe resaltar aquí lo afirmado por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional: "En definitiva, da igual el explosivo que se utilizara, lo cierto es que todas las pruebas apuntan a que estos personajes fueron los que cometieron ese atentado y la trama asturiana proporcionó los explosivos" (sic).
Por Ana María Velasco Plaza Leer columna