El problema de Esperanza es que el jefe de su partido nunca habría llegado a donde está: en el partido sin el ?dedazo? de su jefe entonces, Aznar y en el Gobierno sin la maravillosa ayuda del peor gobernante de la historia de España desde Fernando VII  y el apoyo suplementario que aportó la crisis financiera internacional.

Si a esto añadimos que los miembros del Gobierno están sufriendo un duro desgaste por el incumplimiento sistemático, no sólo de sus promesas electorales sino de aquellos principios que deberían representar entonces la señora Aguirre adquiere la categoría de ?bulto sospechoso? que es imprescindible extirpar.

¡Qué curioso! Una extraña y confusa trifulca por estacionamiento indebido, justo en Madrid donde ?mangonean? sus enemigos, sí enemigos, porque los enemigos son los de tu partido, los adversarios son los del partido de la oposición, parafraseando a Disraeli, creo, porque estoy citando de memoria y a lo mejor lo dijo Churchill que fue un prolífico y brillante hacedor de máximas políticas, aunque alguien me apunta que podría ser de Adenauer.

Hace mucho que se le vio el plumero al PP, porque a pesar de que Esperanza era un claro ?activo? para el partido, sin embargo este último era evidente que la consideraba una losa.

Les molestaba su carácter castizo y popular, sus gestos de ?majeza?, su falta de complejos para defender sus principios liberales y cristianos, -se pronunció en contra del aborto ahora que su partido se escora hacia la benevolencia en ese tema-, su valor personal, recuerden el incidente con el helicóptero del que ella salió ?fresca como una lechuga? mientras Rajoy estaba demudado y encima va y lanza a Madrid como la Comunidad Autónoma más rica y próspera de España bajando los impuestos.

Si a esto añadimos que Ana Botella pretende seguir como alcaldesa de Madrid a pesar de que ha llegado al puesto de rebote y que su gestión es más que cuestionable y que la cúpula del partido parece tener ?puestas sus complacencias? en la actual delegada del Gobierno en Madrid, la motera y proabortista, Cristina Cifuentes es fácil llegar a la conclusión de que estamos a punto de asistir a un asesinato político.

Creo que el verdadero error de Esperanza Aguirre es que se haya quedado en un partido de izquierdas con careta de no se sabe qué, del que se están marchando o apartando sus principales referentes, Ortega Lara, Vidal-Cuadras, Mayor Oreja, María San Gil entre otros.

Esperanza vete a VOX es tu sitio natural.