En una entrevista con Europa Press con motivo de la visita del Arzobispo a la misión diocesana que mantiene en Bembereké, Sanz ha lamentado que "hay muchos intereses en acallar de todos los modos posibles" la "buena noticia" que la Iglesia tiene que contar y de la que los obispos "deberían ser portavoces".

   "Cometemos errores, tenmemos fallos, hay tantas cosas que deberían ser mucho mejores... Pero a veces es injusto el mal trato que se nos da por un error que cometes frente a tantos bienes que tratas de hacer y que se consiguen realizar gracias a Dios", ha señalado.

   El Arzobispo, que ha pasado ocho días en Benín, se ha referido asimismo a la crisis económica y las restricciones presupuestarias en materia de cooperación. Según ha explicado, ante la reducción de los recursos también en la Iglesia existe "la tentación" de "replegarse" pero, al final, "el que da tiene y el que no da, se quedará incluso sin lo que creía tener".   

 "La tentación es que cuando tenemos menos vocaciones, decir "no demos más misioneros porque aquí también hay problemas", y cuando tenemos problemas económicos para llevar adelante todas nuestras obras apostólicas, culturales o educativas, es decir "lo sentimos mucho por las misiones, pero aquí tampoco llegamos a fin de mes", ha apuntado.  

  Por otra parte, en cuanto a la crisis de valores que la Iglesia viene denunciando en Europa, el prelado considera que mientras en el "primer mundo" la gente "pide sed porque se está muriendo de agua", en África se pide agua porque se muere de sed. "Es gente insatisfecha, gente que aparentemente tiene todo y sin embargo, ha perdido el motivo por el que vivir", ha señalado.   

 En este sentido, se ha referido al continente negro como "un lugar fértil para sembrar" la fe, pero a la vez un sitio idóneo para "volver sembrado" ya que la "sencillez, alegría y esperanza" de su gente "vienen a decir "nosotros, pobres, somos ricos y tú, en tantas cosas, eres un pobre mendigo".  

  Monseñor Sanz reconoce que en estos días de viaje, durante los que ha visitado también un centro de acogida infantil de Mensajeros de la Paz y la Cárcel Civil de Cotonú donde la asociación apoya a los internos, le ha "impresionado" que la "carencia objetiva de la gente" en cuanto a alimentación, higiene o cultura "queda superada por la esperanza que se ve en sus ganas de vivir y especialmente, en la alegría de los niños".   

 "Dios está en todo este vaivén. No es alguien que está en esa capilla o en esa iglesia mientras la vida va por otra parte, sino que ellos logran vivir sus carencias o sus riquezas con Dios de la mano, y lo percibes cuando estás cerca de la gente de aquí, que ha nacido aquí, que esta es su vida, y de la gente que siguiendo a Dios les quiere acompañar y les quiere servir", ha añadido.