"Consideramos indispensable que esa amenaza sea dejada de lado,  que (las autoridades británicas) dejen claro que (la amenaza) no está vigente", ha dicho el canciller, en declaraciones recogidas por el diario "El Telégrafo".

   Patiño ha subrayado que Ecuador tuvo "un gesto de cortesía y de delicadeza" al anunciar su decisión sobre la solicitud de asilo político cursada por Assange después de los Juegos Olímpicos de Londres. "Si no lo hubiéramos hecho, habríamos desviado la atención", ha explicado.  

  Además, ha indicado que el Gobierno no se pronunció antes "porque tenía que estudiar largamente la solicitud de asilo político", en la que se exponen más de 20 argumentos. "Debíamos hacer un profundo análisis de cada uno de ellos", ha sostenido.

   Interrogado sobre las declaraciones que Assange ha ofrecido este domingo desde la misión diplomática, instando al presidente estadounidense, Barack Obama, a cesar la "caza de brujas", Patiño ha rehusado comentarlas. "No quiero inmiscuirme más de lo que ya lo hemos hecho. Es un tema que está planteando él", ha señalado.    Así, se ha limitado a comentar que, dado que la seguridad del fundador de Wikileaks ahora es responsabilidad de Ecuador, desde la Embajada "se está intentando mantener (en buenos niveles) la situación sanitaria y psicológica".

   Por otro lado, ha destacado el respaldo unánime de la región. La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Alianza de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) ya han aprobado textos de condena a la amenaza británica y de solidaridad con Ecuador, mientras que la Organización de Estados Americanos (OEA) se reunirá el próximo día 24 para tomar una decisión.

 CASO WIKILEAKS  

  El pasado jueves, el Gobierno ecuatoriano concedió asilo político a Assange, que lleva un mes refugiado en la misión diplomática. No obstante, Reino Unido se ha negado a concederle un salvoconducto, insistiendo en que tiene la "obligación legal" de extraditarle a Suecia, donde se le acusa de varios delitos sexuales.

   Assange solicitó asilo político argumentando que se encuentra en un "estado de indefensión" ante la posibilidad de que, una vez en Suecia, sea extraditado a Estados Unidos, sin que Australia, su país de origen, lo impida.

   El fundador de Wikileaks asegura que es víctima de una "persecución política" por parte de Estados Unidos por revelar cientos de miles de documentos clasificados del Departamento de Estado sobre las guerras en Irak y Afganistán y sobre las relaciones diplomáticas con otros países.