Según ha manifestado en rueda de prensa el jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial, Manuel Piedrabuena, en uno de los cinco pisos intervenidos, donde se encontraba el mayor alijo de droga y armas, se encontraban 27 de los detenidos, los cuales estaban en ese momento consumiendo o preparando papelinas para su posterior venta, si bien ninguno de ellos se encontraba armado.  

  De esta forma, la Policía Nacional se ha incautado tres subfusiles UZI, consideradas armas de guerra, con sus correspondientes cargadores, una réplica del Fusil M16, un rifle de calibre 22, un revólver Magnum del calibre 44, dos pistolas de aire comprimido, cuatro pistolas del calibre nueve milímetros, un total de 1.763 cartuchos, tres cajas de munición, un trabuco, tres catanas, dos machetes, dos navajas, y tres cuchillos.

   Además, los agentes han intervenido dos chalecos antibalas y dos de antifragmentación como los usados por el ejército, 5.000 euros, joyas valoradas en 12.000 euros, dos vehículos alta gama valorados aproximadamente en 80.000 euros, así como estupefacientes de cocaína, heroína y hachís en diferentes cantidades.   

Asimismo, Piedrabuena ha detallado a los medios que el clan estaba dirigido por unas nueve personas, si bien se está "determinando el grado de participación de cada una de ellas", pues la Policía Nacional tiene presente que algunos de los detenidos ejercían de los conocidos como "aguadores", por lo que no todos pasarán a disposición judicial tras su declaración, aunque, ha apuntado, a dos de ellos les constan causas judiciales pendientes por delito contra la propiedad y delito por el tráfico de droga.

   De manera que la Policía Nacional ha identificado al jefe de la organización, J.M.C.S., de 28 años de edad y con una detención policial anterior cuya función principal era "dirigir las operaciones de abastecimiento y suministro de droga, así como la posterior recaudación de las ganancias obtenidas con la venta".   

Además, según ha indicado Piedrabuena, "un puesto relevante lo ocupaba su esposa, R.A.M., de 26 años, y con dos detenciones policiales anteriores", así como R.G.M, de 25 años, encargado directo de la venta de droga y con tres detenciones anteriores y F.J.H.O., de 22 años y con dos antecedentes policiales.

   Del mismo modo, los "destinos" de las armas que poseían eran el de utilizarlas en "defensa personal y del negocio pero también para venderlas o alquilarlas a delincuentes con el objeto de realizar atracos". Al hilo de lo cual, el jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial ha trasladado que, "sin duda, el clan llevaba traficando bastante tiempo con la venta de 800 a mil papelinas diarias" y el beneficio de "7.000 u 8.000 euros diarios".

"ABRIMOS TODOS LOS DÍAS"

   Por otro lado, Piedrabuena ha destacado que junto a las mencionadas incautaciones, la Policía Nacional encontró una nota manuscrita en la que se reflejaba "el horario en el que se vendía la droga, como si de un supermercado se tratase", y en el que se podía leer Abrimos desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde todos los días. Además, según ha mencionado, "en el anterior piso adonde se traficaba el clan hacía referencia a la nueva ubicación" del punto de venta.  

  Del mismo modo, Piedrabuena ha señalado que la operación, que se ha dado por concluida con la desarticulación total de esta organización, se inició el pasado mes de agosto comenzando la detención a las 8.00 horas de este viernes y terminando seis horas más tarde con la actuación de un total de 80 policías coordinados, 30 de ellos agentes de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco), así como agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana, de los Grupos Operativos Especiales de Seguridad (GOES), de la Unidad el Subsuelo y de la Comisaría del Distrito Sur, que han trabajado con la ayuda de guías caninos.