Jueves, 21 de agosto de 2025
Catalanes en la Historia de España
Catalanes al servicio de la Monarquía Universal
Si España y el Imperio fueron lo que fueron, con sus aciertos y sus errores, fue en gran medida por la leal aportación de los catalanes quienes en modo alguno fueron, ni estuvieron, excluidos de los círculos de poder, ni fueron personajes secundarios de nuestra Historia, que es la suya y la de mis antepasados.
El Imperio, la Inquisición (sí, sí, la Inquisición ), el Siglo de Oro, los Tercios, Lepanto, Orán, San Quintín, la Armada Invencible , Pavía, Ceriñola, etc. Todos ellos son episodios de la Historia de España entera, incluida Cataluña. Renunciar a España es renunciar a sí mismos, a lo que son, es repudiar a sus antepasados y a sus tradiciones, renunciar, en suma, a su propia catalanidad.
Dada la actual deriva anticatalana y antiespañola de los partidos catalanistas, se hace preciso divulgar la participación y protagonismo de Cataluña en la Historia de España y así hacer ver el carácter antinatural del secesionismo, demostrando la naturaleza netamente anticatalana del catalanismo y del independentismo.
En otra ocasión ya abordé este mismo tema y, si en aquél momento nos centramos en el heroico y triste episodio que puso fin al Imperio Español (“Catalanes entre los últimos de Filipinas”, publicado en Dignidad Digital), en esta ocasión vamos a cambiar totalmente de etapa histórica y vamos a pararnos precisamente en el momento contrario, en el momento de mayor expansión y poderío del Imperio Español, el reinado del Rey Prudente, Felipe II.
En aquellos tiempos, el centro del poder político era España y los otros polos de poder eran el Imperio Germánico, el Papado, Inglaterra, Francia y Portugal. España regía y disponía –no sin pocos esfuerzos- de los destinos de Europa, siendo los embajadores personas indispensables en la traslación de los designios de su monarca y en la representación de su grandeza. Eran, por tanto, los embajadores personas de la máxima confianza del monarca, los más afectos a su causa, sus súbditos más escogidos.
En este marco histórico, Felipe II confió en ilustres catalanes la representación y defensa de los intereses de España. Lo cual viene a demostrar la implicación e identificación de lo catalán y de los catalanes en el gran proyecto de la Monarquía Universal.
El primer ilustre catalán al que nos referiremos es Don Juan de Borja, conde de Mayalde, nacido en Bellpuig de Lérida en 1.533. A él le fue confiada la embajada de España en Portugal de 1.569 a 1.575 y posteriormente la del Imperio durante los años 1.577 a 1.581, dos plazas clave en el orden internacional de la época. El conde de Mayalde pasaría además a la historia del la literatura española como autor de la obra, escrita en castellano, “Empresas Morales”. En su último destino, Don Juan de Borja tuvo encomendada la defensa del mantenimiento de la alianza entre las dos ramas de la Casa de Austria y tuvo que lidiar con el emperador Rodolfo II, monarca excéntrico y soltero impenitente.
Sustituyó en 1.581 a Don Juan de Borja en tan importante destino, el también catalán, Don Guillén de San Clemente, quien prolongó su embajada ya fallecido el Rey Prudente y reinando su hijo Felipe III. Dado el gran número de residentes españoles en Praga por aquellos tiempos, Don Guillén de San Clemente dispuso de un sepulcro en la iglesia de Santo Tomás para aquellos compatriotas que fallecieran lejos de su patria. Curiosamente, dicha iglesia acogería los propios restos del embajador español al fallecer durante su comisión en 1.608.
Pero si el Imperio Germánico era por aquél entonces importante ¿qué me dicen de Inglaterra? Recuerden, Inglaterra, recién separada de Roma, con un protestantismo “sui generis”, aun dubitativo y con el partido católico todavía con opciones de reconquistar el poder. Una Inglaterra de la que el mismísimo Felipe II fue rey consorte y a la que acaba de ascender al trono Isabel I. Pues allí, en ese Londres fascinante, pleno de tramas, conciliábulos y venganzas, Felipe II confió su representación al catalán Don Gerau de Spes, nombrándole embajador en 1.568, veinte años antes de la tentativa frustrada de invasión por parte de la Armada Invencible. Al combativo Don Gerau no le fueron bien las cosas en Londres: incapaz de mantener buenas relaciones con la corte inglesa, su casa fue asaltada durante unos tumultos, fue recluido y finalmente expulsado del país en 1.572.
Pero si España era la capital política de entonces, no podemos obviar la capitalidad espiritual -y también terrenal- del Papado. Allí envió en 1.564, como embajador, Felipe II a su gran amigo Don Luís de Requesens. Don Luís hubo de vérselas con el Papa anti-Habsburgo de Pío IV hasta que éste falleció y fue sustituido por Pío V, más proclive a la causa española. En 1.567 Don Luís fue enviado como lugarteniente de Don Juan de Austria en la armada que se preparaba contra los turcos y que finalmente se enfrentó a ellos en la mítica batalla de Lepanto, que cambiaría el curso de la Historia. Posteriormente , Don Luís de Requesens fue nombrado gobernador de Milán y de los Países Bajos, en cuya capital, Bruselas, falleció prestando sus servicios a la causa de la Monarquía española en 1.576.
Otra vez volvió a confiar Felipe II la embajada en Roma a un catalán, en esta ocasión se trató del noble Don Antonio Cardona y Fernández de Córdoba, V duque de Sesa. Llegado a la Ciudad Eterna en 1.590, el duque de Sesa, de talante reposado y reflexivo, fue capaz de mejorar las hasta entonces difíciles relaciones con Sixto V. Tal debió ser el carácter del duque que, según parece, el propio Felipe II lo llamaba el “duque de Seso”.
En definitiva, y como acabamos de ver, Felipe II confió su más alta representación en las cortes más importantes de Europa a cinco catalanes. Cinco ilustres catalanes que sirvieron lealmente a su monarca en el acrecentamiento y mantenimiento del Imperio Español, Imperio que también fue obra suya y cuya historia, ahora, unos indocumentados tratan de borrar y sustituir por alucinógenas elucubraciones.
Y es que, los catalanistas anticatalanes, se empeñan en hablar del Gobierno de Madrid, lo cual es una tremenda incorrección, pues no se trata del Gobierno “DE” Madrid, sino del Gobierno “EN” Madrid. El Gobierno de España radica físicamente en Madrid, pero no es el Gobierno “DE” Madrid, de los madrileños o de los castellanos, no, es el Gobierno del pueblo español que tiene su ubicación, su sede, “EN” Madrid y del que han formado y cuya voluntad ha sido modulada por compatriotas de todos los rincones de España, incluidos infinidad de catalanes.
NOTA: el presente artículo ha sido redactado sobre los datos e informaciones contenidas en “Embajadas y embajadores en la Historia de España”, de Miguel Ángel Ochoa Brun.
Alfonso Scruton
Comentarios
Por María Alú 2013-01-12 23:54:00
Estupendo trabajo de documentación de la verdad de la historia de esa parte de España que se llama Cataluña, espero que sigas en esta línea porque es fundamental para todos
Por Borja Lombardia 2013-01-09 11:15:00
Comentarios Esto nos viene como siempre al pelo. Vamos perdonando el actuar porque es cosa de cuatro iluminados, sin darnos cuenta que las palabras van calando poco a poco como si de la tortura china del gota a gota se tratase. ¿qué pasa al final? Muy sencillo, cabeza perforada. El problema es que ahora ya es una bola de nieve crecidita y difícil de atajar.
Por Covadonga 2013-01-07 10:27:00
Comentarios Muy bueno y ameno. Gracias por tomarte la molestia de hacernos este breve resumen que a los no eruditos nos viene de perlas.
Columnistas
Hay cosas que suceden todos los días y, por ello, no son noticia, pero deberían serlo. Hoy se acabará con la vida de unos doscientos mil niños no nacidos, con el beneplácito de gobiernos, parlamentos, médicos e incluso de sus padres. https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=52974
Por Teodoreto de Samos Leer columna
Los Homo sapiens, Neandertales y Denisovanos son tres grupos humanos que coexistieron en distintos momentos del pasado y que jugaron un papel clave en la evolución de nuestra especie.
Por Francisco Javier Garcia AlonsoLeer columna
El Papa León XIV celebra la misa de spaldas al Pueblo de Dios, rito tridentino
Por Teodoreto de Samos Leer columna
Comenzamos una serie sobre curiosidades del mundo de la ciencia
Por Francisco Javier Garcia AlonsoLeer columna
Reconoce que ha proclamado y custodiado el Evangelio. León XIV felicita al cardenal Burke por sus 50 años de sacerdocio
Por Teodoreto de Samos Leer columna
Comenzamos una columna semanal sobre noticias y comentarios sobre la iglesia
Por Teodoreto de Samos Leer columna
Vance es un peso pesado intelectual, un político-filósofo. Entre sus influencias están la doctrina social de la Iglesia, el pensamiento de René Girard y las ideas de teóricos postliberales como Sohrab Ahmari o Patrick Deneen Publicado en el Debate
Por Francisco J Contreras Leer columna
La subida global de temperaturas y la conveniencia de ir sustituyendo las fuentes de energía tradicionales (gas, petróleo y carbón) por otras más sostenibles es un tema de permanente actualidad tanto en los medios de comunicación como en la política. Frente a la versión aplastantemente mayoritaria del problema y sus soluciones, el ciudadano atento y bien informando acaba descubriendo algunos problemas a los que no se les presta demasiada atención. En este artículo se presentarán algunos de ellos
Por Francisco Javier Garcia AlonsoLeer columna
La propuesta que más influyó para atraer el voto de muchos europeos hacia las nuevas derechas es el rechazo a las políticas que facilitan la inmigración incontrolada, pues están convencidos de que aumenta la delincuencia y favorece la islamización de Europa
Por Angel Jiménez LacaveLeer columna
La alternativa a la "justicia social" no es un escenario de pobres muriéndose en las aceras por falta de recursos para pagarse un hospital. La alternativa sería una sociedad en la que, con una presión fiscal que fuese muy inferior a la actual, la gran mayoría de la gente se las arreglase muy bien por sí misma, sin depender de papá Estado. Publicado en el centro Covarrubias
Por Francisco J Contreras Leer columna