Viernes, 26 de abril de 2024
Semana Santa
Buena muerte
Dentro de poco las calles de España se llenarán de pasos dedicados a todos los episodios posibles de la pasión y muerte de Cristo, a sus advocaciones más diversas, y entre ellas una que en todo tiempo, y hoy más, no deja de levantar en nosotros un cierto repunte de disconformidad, de rebeldía: Buena Muerte. ¿Es buena alguna muerte? ¿Pudo ser buena la muerte de Cristo? La respuesta sencilla nos habla de la serenidad que sigue al padecimiento y esa es la que parece haberse impuesto en la iconografía habitual de la Buena Muerte, poblada de maravillosos crucificados -sirvan sólo de recuerdo el sublime sevillano de Juan de Mesa y el anónimo y portentoso gaditano-, pero la más cierta y de más honda raíz teológica es que la muerte atroz de Jesús fue buena porque sólo por ella nos vino y fue posible nuestra salvación. Suena fuerte, pero ya dijera Gómez Dávila que lo que le seducía en el cristianismo era la maravillosa insolencia de sus doctrinas.
Philippe Ariès fue el primer historiador que se adentró en el territorio de los sentimientos que suscitaba la muerte y de las distintas formas en que los hombres se han enfrentado a ella cuando la hora llega. Sentimientos y actitudes cambiantes hasta lo inimaginable. Hoy se entiende por una buena muerte aquella que, ante todo, suprime el sufrimiento, incluso si ello supone la inconsciencia, circunstancia ésta la más temida durante muchos siglos por cuanto imposibilita la preparación para ese momento decisivo. La forma en que se vive la muerte dice mucho, pues, de una civilización.
Hace un par de días ha sido aprobada en el Congreso una propuesta de Ciudadanos que se ha presentado como el primer paso hacia lo que será una "ley de muerte digna". Lo que no puede la vida lo hace la muerte y, ¡oh, milagro!, votaron juntos y a favor el PP, PSOE, Podemos y, por supuesto, los de naranja. Lo que se pretende en esta positiva y equilibrada iniciativa es que los servicios de cuidados paliativos, hoy restringidos a algunas regiones, se extiendan a todo el país, incluso de forma domiciliaria, y que se aseguren derechos de tanta importancia para el enfermo terminal como la posible sedación, que no debe confundirse con la eutanasia, la intimidad y el acompañamiento de familiares o amigos. Ojalá este consenso político sobre la muerte, que recuerda un poco a tregua de funeral, se extienda a otras parcelas de esta, digamos, vida.
Columnistas
Detrás de tanta normativa milimétrica se agazapa una desconfianza descomunal en la gestión privada, que actúa como un implícito reproche moral. Publicado en El Debate
Por Enrique García MáiquezLeer columna
Occidente no perdió el rumbo en 1776, sino en 1917 y 1968.
Por Francisco J Contreras Leer columna
Sólo el advenimiento de los Reyes Católicos, y el resultado de su prodigiosa obra, pudo superar, andando el tiempo, esa primacía en la memoria de los castellanos. Pero para ello hubieron de pasar casi doscientos cincuenta años Publicado en El Debate
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Cabe resaltar aquí lo afirmado por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional: "En definitiva, da igual el explosivo que se utilizara, lo cierto es que todas las pruebas apuntan a que estos personajes fueron los que cometieron ese atentado y la trama asturiana proporcionó los explosivos" (sic).
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El papel rector de la Comisión Europea —que concentra todo el poder ejecutivo y gran parte del legislativo de la UE, pero no responde ni ante los Gobiernos nacionales, ni ante los ciudadanos europeos ni ante el Parlamento Europeo— es el principal instrumento de ese proceso de supranacionalización Publicado previamente en LA GACETA
Por Francisco J Contreras Leer columna
No sé si las palabras del juez ponente del proceso del 11M -"hay cosas tan graves en el 11-M que por ahora es mejor que no se sepan"- están ahora más en vigor que nunca antes.
Por Ana María Velasco Plaza Leer columna
Un año más enviamos nuestra felicitación navideña a nuestros lectores
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A propósito de este acuerdo vienen a la memori las palabras de San Agustín en La ciudad de Dios, si no se respeta la justicia, ¿Qué son los Estados sino grandes bandas de ladrones?.
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Las naciones no son entes abstractos sino productos de la historia y, como tales, objeto de construcción o destrucción
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
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Por Francisco J Contreras Leer columna
En Asturias, la Sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia en sentencia 620/2023, de 29 de mayo, dictada en el recurso PO 791/2022, ha estimado el recurso formulado por el Arzobispado de Oviedo impugnando el Decreto 60/2022, de 30 de agosto.
Por José Luis LafuenteLeer columna