Austria se ha convertido en el destino principal para los inmigrantes ilegales que llegan al país en su mayoría a través de los Balcanes occidentales, según ha asegurado la ministra austriaca de Interior, Johanna Mikl-Leitner. "Estamos al límite de nuestra capacidad para soportar la carga" de inmigrantes, ha afirmado en una rueda de prensa con sus homólogos húngaro y serbio.

   Los tres ministros han firmado un memorándum de entendimiento para aumentar la cooperación policial a lo largo de las fronteras de Serbia con Hungría y Macedonia y luchar juntos contra el tráfico de seres humanos. Austria, por ejemplo, enviará 80 agentes de Policía y cámaras especiales para detectar inmigrantes a las fronteras de Serbia.

   Mikl-Leitner ha recordado que Austria tiene que hacerse cargo de 40.000 inmigrantes que han solicitado el estatus de refugiados y ha advertido de que este número podría subir hasta los 70.000 hacia finales de 2015.

   Hungría ha recibido 67.000 solicitudes de este tipo en lo que llevamos de año y los albergues del país está colapsados, a pesar de que la mayoría de los inmigrantes sólo permanecen en el país de paso, hasta alcanzar países más prósperos de la UE como Austria y Alemania.

   El titular serbio de Interior, Nebojsa Stefanovic, ha asegurado que su país, a pesar de no pertenecer a la UE, todavía intenta recuperarse de las olas de refugiados durante las guerras yugoslavas de los noventa y ha pedido ayuda para enfrentarse al aumento del flujo de inmigrantes que llegan a su territorio a través de la frontera con Macedonia.

   Stefanovic ha alertado de que Europa se enfrenta a una crisis humanitaria. "Ahora es verano, pero el invierno llegará pronto y necesitaremos más médicos, más sitio y más comida" para los inmigrantes, ha manifestado.

   Este martes por la mañana, la Comisión Europea se ha ofrecido a ayudar a establecer centros temporales para que el Gobierno húngaro responda a las peticiones de asilo y devuelva de forma eventual a los inmigrantes ilegales.

VALLA CONTRA LA INMIGRACIÓN

   Hungría forma parte de la 'zona Schengen' de la UE, a través de la cual se puede cambiar de país sin necesidad de visado, por lo que se ha convertido en un destino atractivo para las decenas de miles de inmigrantes que entran a Europa a través de los Balcanes procedentes de África y Oriente Próximo.

   El país asegura que ya no cuenta con los medios necesarios para hacer frente al aumento del flujo de inmigrantes y tiene la intención de construir una valla de 175 kilómetros a lo largo de su frontera con Serbia para disuadir a los inmigrantes de entrar a su territorio. El miércoles, los gobiernos de Serbia y Hungría celebrarán un encuentro en Budapest para abordar las cuestiones relativas al aumento de la inmigración.

   Mientras Austria, Hungría y Serbia luchan contra el aumento del flujo de inmigrantes, la atención internacional se ha centrado más en la crisis migratoria del Mediterráneo, donde decenas de miles de personas desembarcan cada día en las costas italianas y griegas. Se ha estimado que alrededor de 2.000 inmigrantes han muerto ahogados en lo que llevamos de año haciendo esta travesía.